TESORO DE SALUD EN SAN GERMAN

La salud es quizás lo más valioso para las personas.

Y para salvaguardarla, siempre el ser humano ha buscado consejo y remedios en los conocedores o profesionales.

Hoy día se suele ir al médico o se recurre a la adquisición de medicamentos disponibles sin receta. Pero, por décadas, el boticario fue la persona a quien se le confiaba la salud de la comunidad. 

Gripe, parásitos, empacho, en fin, ¿qué no curaba el boticario? Con yerbas medicinales que volvía polvo en el mortero, y mezclas de los pocos elementos disponibles en el siglo 19, en la gran mayoría de los casos lograba devolverle la salud a su clientela. Además, despachaba las recetas del puñado de médicos que había en aquella época.

Testigo de ese mundo tan fascinante, en el que curaban enfermos ya fuera con  los escasos medicamentos que existían –y que estaban disponibles en polvo, no encapsulados, como hoy día- o con elementos botánicos, queda en San Germán el  el único museo de la farmacia, La Botica. 

La antigua Farmacia Domínguez es un edificio de arquitectura colonial, que hace esquina en la calle Santiago Veve Plaza, y data de 1887. Su interior está nutrido de piezas prestadas por coleccionistas, farmacéuticos, ciudadanos, y esperan adquirir los artículos del Museo de la Farmacia que cerró recientemente en el Viejo San Juan.

Además del área de despacho de recetas y vitrinas de madera con cristales, cuenta con lo que fue el salón de tertulias, donde se reunían intelectuales de la época, como Lola Rodríguez de Tió, mencionó Francis Lluch, presidente del Círculo de Recreo, entidad cultural sin fines de lucro a la cual el Municipio de San Germán le cedió la estructura en usufructo por 99 años, después de adquirirla y restaurarla con una asignación de 500 mil dólares del entonces presidente del senado, Antonio Fas Alzamora, explicó el alcalde Isidro Negrón. 

La obra de mampostería y tallado de madera fue realizada por personal del Municipio, contó orgulloso el ejecutivo municipal. “Son gente muy talentosa”, asintió Lluch. 

Gracia a ello, lograron adquirir el edificio y restaurarlo, preparar un anfiteatro en el antiguo salon de tertulias. Además acondicionaron el sótano “que originalmente fue la barbería de Don Pachi y ahora lo usa la Escuela de Bellas Artes”, indicó Negrón.

Una foto amplia de Rodríguez de Tió con su esposo y varios amigos, de 1968, ocupa una de las paredes. Capta el momento en que les da a leer la version revolucionaria de La Borinqueña, el Himno de Puerto Rico.

El guía turístico del Museo narró que cuando Rodríguez de Tió se enamoró del que luego sería su esposo, su madre se opuso porque era unos años mayor que ella y la amenazó con cortarle sus largas trenzas, lo que en la época era una afrenta. “Ella fue a su cuarto, se cortó las trenzas y se las llevó a su madre en una bandeja de plata”, mencionó Ramón Vázquez.

La Farmacia Domínguez, fue mandada a construir por Miguel Domínguez sus trabajos se extendieron 1875 a 1877. Él y sus sobrinos trabajaron por décadas en ella. Fue la primera en San Germán en contar con licencia para despacho de medicamentos, destacó Vázquez, quien recibe a los visitantes de miércoles a domingo, durante todo el día.

Años más tarde, el local sirvió como restaurante y, después, como club nocturno, hasta que fue vendida por los herederos y rescatada por el Municipio como una pieza importante de la historia de la Ciudad de Las Lomas. 

Fuente: Primera Hora

Fecha: 06/18/17